El
aceite de romero puede ser hecho en casa para aliviar los músculos o las zonas
donde se hayan producido esguinces o torceduras. Para ello se corta un puñado
grande de hojas y flores de romero frescos y se dejan remojar en medio litro de
aceite, preferentemente de oliva, durante una semana en un frasco bien tapado.
El contenido se cuela y se guarda en un lugar seco y fresco y se utiliza para
masajear los músculos y las zonas adoloridas en casos de dolores o contracturas
musculares.
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